- Contaminación por nitrógeno y fósforomagnesio en ríos, lagos y aguas subterráneas, por el uso de fertilizantes químicos.
- Efectos negativos de herbicidas, fungicidas, insecticidas y otros biocidas.
- Transformación de ecosistemas naturales de todo tipo en terreno cultivado.
- Pérdida de biodiversidad, al transformarse ecosistemas con multitud de especies en otros con unas pocas.
- Erosión del terreno.
- Agotamiento de minerales del suelo.
- Salinización del suelo en zonas secas.
Muchos de estos problemas van agotando y desertizando el suelo, obligando a abandonar unos terrenos para arar otros nuevos que, a su vez, se agotan, creando un círculo vicioso que va destruyendo el entorno. Un ejemplo claro es la progresiva deforestación de la selva del Amazonas.
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