miércoles, 8 de agosto de 2007

Represas: entre la inundación y el desplazamiento

Sin lugar a dudas, las grandes y medianas represas han sido sinónimo de endeudamiento, engaño, pérdida de soberanía, degradación ambiental y vulneración cultural. Durante los 70, 80 y 90’s los empresarios de las represas quebrantaron en los países del norte diversos ríos (como el Ebro o el Rhin) al obstaculizar el cauce una o más veces, al igual que en los países del sur donde se volcaron a multiplicar su capital en función de las externalidades no previstas. En esa época, según la ICOLD (1) (McCully, 2001: 02), se iniciaba la construcción de una nueva represa cada hora. En la actualidad, a pesar de haberse demostrado que los beneficios generados por las represas no justifican los impactos irreversibles e inconmensurables generados, se insiste por parte de los gobiernos, las empresas y la banca multilateral en la construcción de un largo y nefasto listado de proyectos.


Las represas en los países del sur han sido construidas para promover el desarrollo de los países empobrecidos. Desarrollo y empobrecidos, dos categorías que no son el énfasis de este documento, pero que autores como Arturo Escobar, con base en argumentos políticos, técnicos y ambientales, han podido desmentir y clarificar; por una parte, el desarrollo sólo es un discurso que esconde los verdaderos intereses de dominación a través de las falacias de ayuda para los pobres, y, por otra, la pobreza y el empobrecimiento surgen de la diferencia cultural de los pueblos, que, al no ser entendida por los países del norte, sirvió como eufemismo para devastar pueblos y culturas enteras. Ahora bien, desde la perspectiva de la justicia ambiental valdría la pena preguntar, ¿países empobrecidos por quién?, ¿para quién?, ¿para qué?, y, ¿represas en función de qué?. Aunque la construcción de grandes y medianas represas ha conllevado una serie de impactos ambientales, culturales, sociales y políticos, en este escrito nos ocuparemos de evidenciar la categoría de “desplazamientos forzados reiterativos por represas” elemento que adquiere sentido tanto como desplazamiento físico y desplazamiento de medios de subsistencia (CMR, 2000: 149).

Desplazamientos Forzados Reiterativos por Represas (DEFORE) en Colombia
La base de conocimientos de la Comisión Mundial de Represas constata que con demasiada frecuencia el desplazamiento físico es involuntario e implica coerción y fuerza, y en algunos casos incluso quitar la vida (CMR, 2000:149). Según el informe Represas y Desarrollo, de la misma comisión, entre 40 y 80 millones de personas habrían sido desplazadas en el mundo durante el siglo XX a causa de las represas; tal situación constituye un lesivo impacto social, ambiental y cultural que los empresarios de las represas y diversos gobiernos, a través de discursos y engaños, han invisibilizado por décadas.


Gran parte de los desplazados por represas que han tenido que sumarse a los planes de reasentamiento no han mejorado su calidad de vida, ni mejorado su situación económica; por otra parte, los que no han sido tenidos en cuenta para estos planes han sufrido impactos similares, o han tenido que migrar a las ciudades a acrecentar los cordones de miseria. En cualquiera de los casos, la mayoría de quienes fueron desplazados por represas han desaparecido de las estadísticas, absorbidos por barrios pobres, o por los campos de trabajadores extranjeros (Mc Cully, 2001:90).


Al averiguar lo que ha sucedido con los desplazados por represas en Colombia, se encuentra que algunas familias están a punto de sufrir un DEFORE. Esta situación revela el fracaso y el engaño de los planes de reasentamiento y la desprotección que sufren las comunidades más vulnerables y vulneradas.

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